Por segundo año consecutivo, a decisión unilateral del Alcalde de La Reina, señor José Manuel Palacios (UDI), este año la Municipalidad de La Reina nuevamente no izará la Bandera de la Diversidad hoy 17 de mayo, en conmemoración del Día Contra la Homofobia y la Transfobia.
Como Concejala de La Reina esta noticia me genera pesar porque, ésta al igual que muchas otras luchas de minorías discriminadas, tiene rostro de niño(a). Recuerdo, aún con tristeza, el reportaje emitido el año 2015 por Contacto: “Mi hija es transgénero”. Aún no he borrado de mi memoria como en ese reportaje, Andy de aproximadamente 5 años, contaba que siempre se había sentido niña, que ella se miraba al espejo y no entendía porque su cuerpo era de niño.
No puede dejar de darme tristeza como esta sociedad sistemáticamente hace sufrir a niños y niñas. Hace unos días, buscando el video del reportaje citado me encontré con una entrevista al padre de Andy, en el video él cuenta lo dura que fue la transición, como él luchaba, la obligaba a vestirse de niño, y relata: “mi corazón me decía que tenía que apoyar a mi hija, pero mi mente decía que no”.
Somos nosotros los adultos los que al crecer dejamos de entender la mente y corazón libres de niños y niñas. Ellos no tienen prejuicios, no discriminan por raza, por género, ni condición social. Son los adultos los que aún no entienden esta lucha por aceptar la identidad de género. Y más aún, son los adultos, lo que anteponiendo su ideología, y mezclando ésta muchas veces con su religión, no sólo no dan cumplimiento a lo establecido en la Convención de Derechos de la Niñez, sino que además parece ser que no sienten empatía por el sufrimiento de niños y niñas.
El símbolo de izar la Bandera de la Diversidad no es de celebración ni de fiesta, es un símbolo para que no exista más discriminación hacia personas de la comunidad LGBTI+. Para que nunca más alguien sea agredido por ser gay, para que nunca más alguien muera por ser gay como el caso de Daniel Zamudio, para que nunca más una pequeña niña sea expulsada de su colegio por ser trans, tal como le pasó a Andy. Para que cada vez existan más redes de apoyo, para que los padres, madres y familias no transiten en soledad estos procesos, y para que como sociedad no sólo aceptemos la diversidad sino que la valoremos y la fortalezcamos.